ADVERTENCIA: Esta historia no está basada en ninguno de los músicos frustrados como yo que conozco. Pero sí podría ser la de cualquiera.
El humo del cigarro ha creado un ambiente pesado. Cualquiera que entra acaba con el olor a tabaco sobre la ropa, lo cual a veces sirve para ocultar pecados.
Sobre el escenario está él, con su banco negro ya viejo y un piano detrás que necesita urgentemente ser afinado. En sueños se sigue viendo sobre grandes escenarios, pero la verdad es que la técnica sólo le alcanza para emplearse en el bar de mala muerte.
Se dice trovador y canta los éxitos de moda con una guitarra acústica conseguida hace un par de años luego de meses limpiando mesas en el mismo bar. El gordo patrón quería un espectáculo con bailarinas y una gran orquesta, pero el presupuesto sólo alcanzó para pagarle a Joaquín.
Al final de cada tema, Joaquín agradece una atención que sólo él ve. Los tertulios poco se interesan en los acordes sucios del guitarrista, únicamente una mujer lo suficientemente ebria tararea una canción que supone sabe, hasta que su pareja (visiblemente harto y que sólo espera el momento de coger) le corrige.
Al fondo del lugar en una mesa que chorrea líquidos extraños con cenizas de cigarro, el gordo habla con su prostituta en turno sentada cómodamente sobre sus piernas:
-¿Te gusta el cantante?
-Ja, pagaste por hacer el amor no por una crítica musical.
-Bueno, cogerías con esa música.
-Ash no, ¡qué espanto! Ya eres suficientemente feo tú solo.
Son las 12:00 del domingo. El feo patrón despierta con la prostituta a un lado en el cuarto de servicio del bar acondicionado como rincón romántico. Piensa: Correré a Joaquín y haré de esto un teibol”.
lunes, 28 de mayo de 2007
jueves, 17 de mayo de 2007
Eterno
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