Hace unos días Guadalupe M posteó algo me hizo recordar... pero a veces quisiera olvidarlo. Este post va para mis amigos, estén donde estén.Ese día fui a Av. del Imán para enterarme de lo que marcaría el destino por el resto de mi vida. Sí, la hoja con el sello de la UNAM decía Ciencias de la Comunicación en CU, justo lo que deseaba desde tiempo atrás, sin embargo ese día nublado no podía celebrar.
Tomé mis documentos y salí corriendo para despedirme de mi amigo, mi carnal Julio, en medio de lágrimas. Llegaron viejos conocidos del CCH Vallejo, al cual íbamos juntos, él algunas generaciones antes que yo. No lloré, o no lo recuerdo, sólo clavé mi mirada en su hermana destrozada por el dolor.
Un día antes ya me había despedido del Yopi, de su intento de cabello largo y de su sonrisa tan sincera.
...Apenas hace unos días se cumplió un año más, ya no sé cuantos, pero recordarlo me trae imágenes a la mente que sé me acompañarán durante toda mi vida y mi muerte.
Por qué solté las llaves de la camioneta, eso hubiera cambiado todo. Aún hay noches que las sueño en la palma de mi mano. No me siento culpable, pero duele.
Por qué les grité: "esta vez no iré a rescatarlos" mientras arrancaban a toda velocidad. Amigos, sí intenté ayudarlos pero llegué muy tarde.
Por qué no corrí más rápido tras de ellos cuando pasaron por mi casa.
Y luego yo encerrado en el carro de mis padres fuera de control.
Ya son tantos años... tantos. Y aún cuando paso por esa esquina donde la camioneta quedó volcada puedo recrear la imagen, con toda la gente morbosa alrededor y yo mentándoles la madre, y luego lo más difícil: ver como se iba la ambulancia con mi carnal en ella, lo último que escuché de él fueron gritos... y tapar al Yopi con una sábana sucia mientras me despedía, él ya no me escuchó.
Amigos, nunca se los dije y no lo haré ahora, sólo espero que lo sepan.