martes, 9 de septiembre de 2008

Reconocimiento

Lo encontraba más amoroso por mail. Aunque cada palabra leída le parecía haber sido escrita con demasiado cuidado para evitar romanticismo o cursilería, al cerrar el mensaje dejaba ese sabor que ella paladeaba, por eso peferia retrasar los encuentros y así leer como crecia el ansia por verla.

Nunca leyó un te quiero, muchos menos un te amo, tal vez por ahí alguna misiva cerraba con un tajante “abrazos” carente de adjetivos, y ella respondía igual, concreta, precisa… cada vez más enamorada.

Se veían raramente. La plática era fría y giraba entorno al trabajo, las relaciones familiares, fiestas en las que no coincidían y pasatiempos que no compartían. Al final se despedían sin siquiera un beso en la mejilla. La comprensión no le alcanzaba, quería verlo lanzándose sobre en ella en un abrazo, robándole un beso, apretándole la mano, pero eso jamás pasaría.

Hoy volvió a recibir un mensaje. Notó diferente sus palabras, ahora era él sumamente amoroso, las palabras antes evitadas, ahora brotaban, brincaban de un lado a otro de la pantalla. Ella entendió, no volverían a verse.

jueves, 14 de agosto de 2008

orgullo

Ahí, parada en la puerta como estabas, te vi hermosa, más hermosa que nunca…
bellísima puta, ¿por qué después de todo no me imagino sin ti? (sería mejor),
¿por qué lloras ahora que tomo mi viejo auto y arranco con ganas de estrellarme
en el primer muro que encuentre?

Te veo otra vez en el retrovisor, no aguanto, podría perdonarte todo... busco un pinche muro… no muy lejos…

lunes, 28 de julio de 2008

2

Dos años… ya no me despierto tarde, difícilmente voy a fiestas, no me he parado en la Cineteca desde entonces y dejé a un lado la posibilidad de volver a tocar… ¡y estoy tan bien!

No he aprendido a ser padre, me esfuerzo pero soy malo y dos años no han bastado, para mí que es necesaria una vida entera contigo, para que me enseñes a serlo, para que me pongas pruebas, para que me retes, me desquicies, me desesperes, me cuestiones, me diviertas; y entonces al final de mis tiempos te podré preguntar si logré hacerte feliz, inmensamente feliz, en algún momento… entonces sabré si aprendí un poco.

Vale, te debo tanto a ti… te debo mis felicidades más intensas, te debo mis preocupaciones más fuertes, te debo todos los sentimientos desarrollados al máximo, porque si un poco he aprendido de ser padre es vivirlo al máximo.

Sonríe, canta, juega… luego ven por las noches, cuando incluso las historias que creas se han dormido, y recárgate en mi pecho... así yo no necesito más.

jueves, 21 de febrero de 2008

Eclipse

- Toc, toc… ¿por qué no bajas?
- …
- ¡Llevas mucho ahí!
- y llevaría más, viviría aquí si pudiera.
- ¿Qué ves?
- A todos, somos iguales pero no nos hacemos daño.
- ¿Te gusta lo que ves?
- Sí, pero no dejo de llorar.
- Ven, mejor baja ya , quiero abrazarte.

Y entonces… ¿qué queda del sueño de volar por el espacio?, ¿qué queda de la libreta donde apuntabas cualquier dato que te pusiera allá arriba?, ¿qué queda del casco y la nave espacial que juraste construir?, ¿qué queda?

Sólo disfrutar estas imágenes...