lunes, 28 de julio de 2008

2

Dos años… ya no me despierto tarde, difícilmente voy a fiestas, no me he parado en la Cineteca desde entonces y dejé a un lado la posibilidad de volver a tocar… ¡y estoy tan bien!

No he aprendido a ser padre, me esfuerzo pero soy malo y dos años no han bastado, para mí que es necesaria una vida entera contigo, para que me enseñes a serlo, para que me pongas pruebas, para que me retes, me desquicies, me desesperes, me cuestiones, me diviertas; y entonces al final de mis tiempos te podré preguntar si logré hacerte feliz, inmensamente feliz, en algún momento… entonces sabré si aprendí un poco.

Vale, te debo tanto a ti… te debo mis felicidades más intensas, te debo mis preocupaciones más fuertes, te debo todos los sentimientos desarrollados al máximo, porque si un poco he aprendido de ser padre es vivirlo al máximo.

Sonríe, canta, juega… luego ven por las noches, cuando incluso las historias que creas se han dormido, y recárgate en mi pecho... así yo no necesito más.